13.2.06

La Perejila vista por Néstor Álamo

Nuestros abuelos, nuestros padres, paladearon incansables las “ensaladillas”, los “ovillejos”, las cáusticas improvisaciones de aquella musa supra –popular con regocijo jocundo. Su sistro, fácil siempre, desgarrado en la expresión de ser preciso, se hace implacable; en lo concreto cuando alguien, por “atoriarla”, le grita el apodo enloquecedor: “¡Perejila!”...

El popularísimo “nombrete” le venía a la dama en forma insólita, por su padre, el honesto caballero que fue don Manuel González y González ya nombrado, chicharrero él, pero de buena gente. A don Manuel le habían impuesto el sobrenombre su novia y la hermana de ésta; así:

Según recuerdos de familia don Isidoro Romero Ceballos –se ha dicho– era más puntillero que un duque en cuestión de ejecutorias, escudos de nobleza y demás extorsiones. Por ello y sin escudriñar en los propios armoriales no admitía a la vera de sus hijas galantes carentes de entonados apellidos, cosa que jeringaba a las doncellas, Frascorrita y Pinito, más que purgante de “aceite’almendras”. Mucho menos admitía el campanudo caballero, ventaneos con parola, aunque fuera a larga distancia. Las doncellas, trocadas en reverberos por la dieta asesina, deciden burlar la vigilancia paterna; lo consiguen en conchabo con las mozas del servicio; dice Frascorrita:

– Mira, Sionilla, si tú ves que pasa por “ahy” el novio de “Sita” Pino vas y “dises”: mi ama, por “ahy” pasa cilantro, ¿quiere su “mercé”? Y si el que pasa es el mío “dises” tú: “Sita” Frascorra, por “ahy” pasa perejil: ¿quiere?

Establecido el hecho diferencial con base en tal vulgares como aromáticos hierbajos, el jeringado, el aburrido “Cilantro” evacuó el sitio fastidiado por la incordiante actitud del suegro en perspectiva. “Perejil”, cuan medieval guerrero esforzado y valiente, no abandonó la plaza, aguantando a mecha hasta rendir la insensata oposición.

Según nos informó don Domingo Padrón Guarello –q. D. h.–, a poco de iniciarse lo del dichete yerbero las alcahuetonas menegildas, conforme a oficio, terminaron el pregón de aquesta guisa:

– “Sita” Frascorra, por “ahy” viene “el Perejil” o por “ahy” va “el Perejil”. Y “Perejil” se quedó el muy grave don Manuel y “Perejiles” por extensión todos los suyos hasta estos floridos instantes.

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