30.9.08

Como si nada

Aprovecho estos momentos robados a la abulia o a la modorra, para asomar la cabeza. Sería más complicado -¿requeriría mayor esfuerzo tal vez?- de lo que parece seguir agazapado -¿por cuánto tiempo más?- y caer en la molicie, como siempre.

Aprovecho -lo repito, lo ansío- que ya te has marchado o no has regresado para asomarme a la ventana, encender un cigarrillo y mirar hacia el suelo, cuando lo que debería estar haciendo de una vez por todas es sentarme frente a tu sombra y hablarte como antes hacía, con la pasión que, aun ahora, sigue entre las sábanas de tu cama.

Aprovecho para contarte sin mirarte todo lo que en su tiempo fue mío, lo que fui perdiendo y lo que hoy gané, si realmente se puede decir que alguna vez se ganó algo.