4.6.07

¿Por qué no se lee?

La pregunta, como siempre tramposa, nos viene a recordar, una vez más, la dejación que, por parte de los profesionales de la educación de la lengua y la literatura, se hace de su ejercicio. Los niños no leen, porque no les interesa, dicen.

Los niños no leen porque quienes están encargados de infundirles el hábito -tal vez, mejor, ánimo- lector no son capaces de hacerlo. Amor con amor se paga y curiosidad con curiosidad se paga. Habrá muchos que no consigan transmitirles ese amor y habrán fracasado; pero otros ni siquiera se tomarán la molestia. Pasa, desde mi punto de vista, como en muchas facetas de la vida: el aburrimiento hace estragos.

La cuestión es que se les paga -no entro en si mucho o poco, si estuvieran en otros ámbitos se darían cuenta de lo afortunados que son- por ejercer esa profesión y ejercer una profesión exige un esfuerzo.

Tal vez ahí radique la raíz del problema: la sociedad no premia el esfuerzo. Si todas las señales van en esa dirección, ¿para qué?