18.11.10

La memoria encontrada (a Francisco Morales Padrón)

En ocasiones, sucede que surge un nombre en una conversación y, al poco tiempo, esa persona desaparece. La casualidad parece apelar a nuestra memoria, que es, como tantas cosas en esta vida que parece ser cada día más corta, caprichosa, pero que es lo único a lo que uno puede aferrarse cuando va pasando el tiempo.

La muerte, como las casualidades, es repentina. La creemos posible, plausible, cercana, pero su aparición nos sorprende.

Ha desaparecido Francisco Morales Padrón, a quien tuve la dicha de tratar. Puedo afirmar, además, que, como en otras ocasiones, se cumplía la proporcionalidad entre el saber y el ser.

Escribo estas líneas cuando la noticia ha dejado de ser relevante.

De entre los textos que han ido apareciendo estos días, me quedo con el de Elena Acosta, porque creo que resume la voluntad de un hombre que trabajó incansablemente y que trató de ser honesto.

Hace años, cuando lo entrevisté para un documental sobre Néstor Álamo y su vinculación con la Casa de Colón, me hizo patente su preoupación porque unas declaraciones suyas habían sido malinterpretadas puesto que no se correspondían a lo que había querido decir, lo que le había ocasionado serios disgustos. Cuando se tiene tanto camino recorrido, es duro que no se preste atención a lo que se dice y a cómo se dice. Francisco Morales Padrón fue honrado personal e intelectualmente. Con su fallecimiento, perdemos no sólo al intelectual, sino también algo de nuestra memoria.

Descanse en paz.

No hay comentarios: